🔬 Protocolos SteamCity: investigar la ciudad desde la ciencia
- Manon Ballester
- 11 jun
- 5 Min. de lectura
Los protocolos científicos desarrollados por SteamCity han sido puestos a prueba entre 2024 y 2025 en situaciones reales, en distintos contextos locales y materias, gracias a la colaboración con profesorado de varios países europeos. Actualmente, se están traduciendo a todos los idiomas del consorcio para su publicación final y libre acceso.
Desde el inicio, SteamCity ha sido concebido con una fuerte conexión con los entornos urbanos. Sus protocolos proponen llevar a cabo investigaciones científicas que aborden de manera directa los desafíos de la vida urbana: contaminación del aire y del ruido, biodiversidad en hábitats fragmentados, uso de la energía, alumbrado público o integración de la inteligencia artificial en los sistemas urbanos.
Con más de 25 protocolos completos y más de 75 experimentos distintos, los estudiantes recorren todas las fases de una investigación científica anclada en problemáticas urbanas reales.
Cada protocolo propone una estructura basada en la indagación científica, que permite al alumnado explorar su entorno inmediato mediante el razonamiento científico. Desde la definición de una pregunta de investigación hasta la elaboración de hipótesis, la recogida y el análisis de datos, la interpretación de resultados y la comunicación de conclusiones, el enfoque de SteamCity sigue fielmente el método científico, sin caer en ejercicios teóricos desvinculados de la realidad cotidiana.
Esta estructura garantiza el rigor científico, al tiempo que el carácter abierto y contextualizado de las problemáticas fomenta la creatividad, la autonomía del estudiante y su implicación. Además, la flexibilidad de los protocolos permite ajustar la complejidad y establecer conexiones interdisciplinarias, por ejemplo, entre física y ética, biología y programación, o geografía y educación cívica.
Una variedad de estrategias pedagógicas para el aprendizaje activo
Los protocolos movilizan múltiples enfoques didácticos:
Aprendizaje práctico y exploración de campo: el alumnado toma medidas, construye dispositivos o cartografía su entorno.
Razonamiento cívico y ético: las investigaciones se vinculan a temas como la movilidad urbana, la equidad energética o la protección de la biodiversidad.
Simulación y aprendizaje por escenarios: se abordan preguntas sobre el futuro, como la regulación de vehículos autónomos o el diseño de iluminación sostenible.
Alfabetización digital y en datos: se utilizan sensores, se recogen datos georreferenciados o se entrenan modelos de IA, profundizando en el funcionamiento de las ciudades y el papel de la ciencia para hacerlas más habitables.
El trabajo de campo urbano como motor de investigación científica
La mayoría de los protocolos SteamCity parten de la observación directa del entorno urbano. El alumnado formula hipótesis ante una pregunta concreta y recopila datos de campo para validarlas o ajustarlas. En “Conteo de polinizadores”, por ejemplo, identifican hábitats potenciales en la ciudad y los validan mediante trampas no letales instaladas en jardines, patios escolares o espacios verdes cercanos. En “Muros que susurran”, exploran cómo distintos materiales constructivos atenúan el sonido y qué implicaciones tiene esto para el confort urbano y el bienestar mental. En “Brillar bien, brillar mejor”, evalúan el alumbrado urbano mediante herramientas de observación en cuadrícula que combinan indicadores técnicos (intensidad, ángulo, tipo de fuente) con aspectos sociales (confort, seguridad).
Estas investigaciones se apoyan en herramientas construidas o ensambladas por los propios estudiantes —microcontroladores, sensores de calidad del aire, medidores de decibelios— y combinan observaciones cualitativas con análisis cuantitativos. En “SoundSquad”, el alumnado cartografía el paisaje sonoro de los barrios con herramientas tanto objetivas como subjetivas. En “Sensores de CO₂ para calidad del aire interior”, triangulan los datos obtenidos con un análisis del contexto para aprender a interpretar variaciones y sesgos.
Indagación científica con una perspectiva ciudadana
Lo que diferencia a los protocolos de SteamCity es su conexión sistemática entre ciencia y sociedad. No solo desarrollan competencias analíticas, sino que cultivan la conciencia sobre los desafíos colectivos y las responsabilidades comunes.
En “La energía y la vida cotidiana”, se examinan los patrones de consumo energético y se debaten posibles escenarios de transición ecológica, usando herramientas como el escenario Negawatt. En “Vehículo autónomo Roobopoli”, se simulan las lógicas del transporte autónomo, al tiempo que se reflexiona sobre sus impactos éticos y medioambientales. “Cazadores de hechos” enseña al alumnado a cuestionar fuentes, formular afirmaciones verificables y diseñar sus propios métodos de comprobación, desarrollando una alfabetización mediática desde la experimentación.
Estos enfoques integran espacios de reflexión sobre temas como la privacidad de los datos, los sesgos algorítmicos, la justicia ambiental o la responsabilidad intergeneracional. El conocimiento científico no se presenta como algo neutral o aislado, sino como parte de sistemas urbanos complejos y decisiones éticas.
Explorar y prototipar futuros posibles
Muchos protocolos incorporan componentes especulativos o basados en escenarios para animar al alumnado a imaginar soluciones a problemas del mañana.
En “La gran fuga sonora”, prueban materiales de aislamiento y proponen recomendaciones para el diseño de edificios. En “Bot Buddy Adventure”, desarrollan agentes conversacionales basados en IA para ayudar a los habitantes urbanos, decidiendo qué funciones incluir, qué información proporcionar y cómo equilibrar necesidades y limitaciones técnicas. “Datos vs. contexto” los sitúa en el rol de gestores urbanos que deben tomar decisiones con datos incompletos o ambiguos.
Estos escenarios no solo fomentan la imaginación, sino que promueven la creación de prototipos y el diseño iterativo. Las hipótesis no se quedan en el papel: se construyen, se prueban y se perfeccionan.
Cuestionar la tecnología y los datos
Una dimensión transversal de muchos protocolos es el desarrollo de una alfabetización crítica en datos e inteligencia artificial. El alumnado trabaja con datos ambientales y de comportamiento, utiliza herramientas digitales para observar y representar fenómenos urbanos, y se enfrenta a sistemas algorítmicos no solo como usuarios, sino también como diseñadores.
En “Explorador de cantos de aves con IA”, por ejemplo, se recogen sonidos, se etiquetan cantos y se entrena un modelo de aprendizaje automático para clasificar especies. Se introducen conceptos como precisión, recuperación, sesgo de etiquetado y generalización del modelo. Los estudiantes aprenden a identificar los límites de un modelo, reflexionar sobre sus datos de entrenamiento y comprender cómo la complejidad del entorno afecta a la predicción.
Lejos de presentar las herramientas digitales como cajas negras, los protocolos invitan a interrogarlas: ¿qué hace este sistema? ¿Para quién sirve? ¿Cómo aprende? ¿Qué deja fuera?
La publicación multilingüe de estos protocolos está prevista antes del verano de 2025 y los hará accesibles libremente a toda la comunidad educativa. El profesorado podrá integrarlos en su práctica, adaptarlos a su contexto y promover un aprendizaje científico crítico, reflexivo y orientado a la acción.
SteamCity no se trata de ciencia abstracta. Se trata de dar al alumnado los medios para comprender y transformar la ciudad —un experimento a la vez.